Actualizado a: 19 de enero de 2024
VSync: ¿qué es y para qué sirve? Seguramente, a lo largo del tiempo habrán sido muchas las personas que se habrán realizado esta misma cuestión. A fin de cuentas, el lanzamiento de esta —y otras tecnologías— nos está permitiendo disfrutar de los videojuegos de maneras que nunca habríamos pensado. En otros muchos casos, han llegado hasta nosotros para resolver algunos de los problemas más habituales de la industria.
En ese sentido podemos citar otros grandes ejemplos, como las tecnologías de NVIDIA. Desde hace mucho tiempo, la fabricante de tarjetas gráficas se ha convertido en uno de los temas más comentados de nuestro día a día gracias a la presencia del DLSS 3. Por supuesto, no es la única gran opción que nos ofrece. Además de esta y su versión anterior, el DLSS 2, hay otras muchas tecnologías, recursos y elementos que podemos usar en nuestro día a día.
No obstante, hoy no queremos hablaros de esta cuestión. Hoy queremos hablaros de una tecnología un tanto distinta. Es, por supuesto, el VSync, ujna tecnología de Sincronización Vertical o Vertical Synchronization. Seguro que esta primera os suena y os la habéis encontrado en algún que otro videojuego mientras revisabais las opciones gráficas del mismo. Dicho esto, vamos al quid de la cuestión. O lo que es lo mismo, ¿qué es?
¿Qué es el VSync?
Lo primero que debemos hacer cuando hablamos del VSync, como no podía ser de otra forma, es ofreceros una descripción de la misma para que os podáis hacer una idea general de qué es. No obstante, esto es solo el principio. Sabiendo esto, podríamos decir que el VSync es una tecnología cuyo principal objetivo es paliar los problemas relacionados con el llamado screen tearing, entre otras cosas. Si queréis saber más sobre el tema, en este tema os hablamos sobre él y cómo podemos quitarlo.
Por supuesto, esto es solo el comienzo. Si queremos hablar del VSync, podemos ir más allá y decir que es una técnica cuya finalidad es ofrecer una mejora significativa en la experiencia visual de casi cualquier videojuego. Por lo tanto, habiendo acariciado la superficie, podríamos decir que el VSync es una tecnología y/o herramienta diseñada para potenciar la experiencia de casi cualquier usuario cuando está jugando… en PC. Esta se encuentra mayormente en ordenadores, siendo este un aspecto muy importante.
Con todo esto en mente, podemos decir que es una técnica que se emplea en la industria de los videojuegos. Funciona mediante un sistema en el cual se sincroniza la frecuencia de actualización de la pantalla (se mide en los famosos Hz) con la velocidad de fotogramas (los también ilustres frames por segundo o FPS) generados por la tarjeta gráfica. Como ya hemos dicho, su principal objetivo es eliminar o reducir los efectos indeseados de la fragmentación de imágenes, también conocida como tearing.
¿Qué es el tearing?
Lo primero de todo, si queréis saber más sobre el tearing, os recomiendo —una vez más— que consultéis nuestro tutorial al respecto, puesto que en él podréis encontrar cualquier cosa que podáis necesitar. Dicho esto, no podemos continuar sin hablaros de esta singularidad, teniendo en cuenta que la sincronización vertical tiene como principal objetivo luchar contra esta problemática.
Dicho esto, si traducimos literalmente el término «tearing», podemos definirlo como «desgarre» o «rasgadura». De hecho, aunque no es del todo exacto, esta traducción define bastante bien qué es el tearing. Tal y como habréis podido comprobar en la imagen anterior (es un edit de una imagen original en donde se ha exagerado el efecto para que sea muy, muy visual), es como si la visual se cortase por la mitad y una de las partes se desplazase hacia un lado.
Cuando los fotogramas se generan y se muestran en la pantalla de forma asincrónica, puede ocurrir tearing. Esto se manifiesta como una división horizontal en la pantalla, donde partes de diferentes fotogramas se superponen. El tearing afecta negativamente la experiencia visual, ya que interrumpe la suavidad de la acción y puede distraer al jugador. Así pues, podemos decir que este efecto se produce por culpa de una desincronización.
En algunos momentos, es posible que nuestra tarjeta gráfica (GPU) o el monitor puedan procesar de manera inadecuada los datos proporcionados por el juego, lo que resulta en un error de visualización donde la imagen aparece desalineada. Es algo molesto que, en muchos casos, puede ocurrir con frecuencia si no se aborda de manera adecuada.
¿Cómo funciona el VSync?
Ahora que ya sabemos que es la sincronización vertical y qué problemas pretende arreglar, podemos hablar de cómo funciona. A grandes rasgos, podemos decir que esta tecnología lucha contra esta problemática de manera muy, muy sencilla. Al menos en la teoría, ya que lo que pretende es sincronizar la velocidad de actualización de nuestra pantalla con los FPS generados por nuestra tarjeta gráfica.
Como norma general, la mayoría de monitores tienen una frecuencia de 60 Hz, aunque cada vez es más común que los más jugones dispongan de pantallas de 144 Hz. Esto lleva mucho tiempo siendo así, habiendo cada vez más modelos con distintas tasas de actualización. Es por esto mismo que la sincronización vertical ha ganado más importancia con el paso del tiempo. Al menos en algunos estamentos sociales.
A fin de cuentas, cuando se habilita el VSync, el juego espera a que la pantalla termine de mostrar un fotograma completo antes de generar el siguiente. Gracias a esto se evitan los cortes e interrupciones, o desgarros, que hemos comentado con anterioridad. Si la gráfica genera más FPS de los que la pantalla puede mostrar por segundo, la sincronización vertical reduce la velocidad a la que se muestran para que la frecuencia de la pantalla y los FPS vayan a una.
Esto evita el tearing, pero también puede causar una disminución en la fluidez de la acción si la GPU no puede mantener una velocidad de fotogramas constante y cercana a la frecuencia de actualización de la pantalla. Por otro lado, si la tarjeta gráfica genera menos cuadros por segundo de los que la pantalla puede mostrar, el VSync hará que se repitan los fotogramas para llenar el espacio restante. Esto puede conducir a una sensación de falta de respuesta y a una ligera latencia en la entrada.
Ventajas y desventajas
Por supuesto, no es oro todo lo que reluce. Al igual que con casi cualquier tecnología del mercado, la sincronización vertical tiene sus propias ventajas y desventajas. Y como sabemos que es muy importante que tengáis en cuenta todos los puntos, tanto positivos como negativos, queremos ofreceros un pequeño resumen de sus principales virtudes y contratiempos. Empecemos, en primer lugar, con las buenas noticias.
Ventajas del VSync
Primeramente, por supuesto, su capacidad para reducir o eliminar el tearing. Si tienes problemas con esta molesta interrupción visual, la sincronización vertical puede ser tu mejor amiga. A fin de cuentas, su principal cometido es luchar contra este tipo de errores. Al trabajar sincronizando la frecuencia de actualización (Hz) con la velocidad de fotogramas (FPS) que genera nuestra tarjeta gráfica, se elimina por completo (o de manera significativa, pues depende de la gravedad del problema) el tearing.
A raíz de esto es posible que obtengamos una experiencia visual mucho más coherente y certera. Al acabar con este problema, los jugadores pueden llegar a disfrutar de una experiencia mucho más suave y lógica. Sobre todo cuando el problema es ‘grave’, ya que los cortes de pantalla suelen ser muy, muy molestos. Si nunca has sentido esta molestia, posiblemente o no tengas tearing, o sea tan leve que ni te has dado cuenta. O que tienes la sincronización vertical activada de base. Sea como fuere, hace que el juego sea más fluido cuando se da el caso.
Por otro lado, aunque esto depende mucho de las circunstancias y no es algo que podamos dar por válido en todos los casos, es posible que se produzca un menor consumo de energía. Al limitar la velocidad de fotogramas a la frecuencia de actualización de la pantalla, el VSync puede reducir el consumo de energía de la tarjeta gráfica y, en consecuencia, la temperatura generada por el sistema.
Desventajas del VSync
Por supuesto, todo esto tiene su lado negativo. Aunque en general consideramos que sus puntos a favor tienen más peso que los puntos en contra, es importante que los tengamos igualmente en cuenta. En función de nuestra situación, puede interesarnos —o no— activar la sincronización vertical. Dicho esto, el primer problema que nos podemos encontrar es la latencia de entrada.
Cuando activamos el VSync es posible que produzcamos algo de latencia de entrada al juego. ¿Y eso por qué? Muy sencillo: si la sincronización vertical se ve obligada a repetir frames para sincronizar FPS y HZ, es posible que se produzca un retraso en la visualización de los nuevos frames. O lo que es lo mismo, que como se retrasa la aparición de nuevos frames, es posible que se dé algo de latencia. Esto puede provocar que los comandos que ejecutamos se sientan algo más lentos o que van ligeramente desfasados.
Del mismo modo, es posible que perdamos algo de fluidez. Si la tarjeta gráfica no puede mantener una velocidad de fotogramas constante y cercana a la frecuencia de actualización de la pantalla, el VSync puede causar una disminución en la fluidez de la acción. Esto se conoce como stuttering y puede ser especialmente notable en juegos exigentes con hardware limitado. Si tenéis este problema, aquí os contamos cómo podéis resolverlo, pues puede producirse por otros motivos.
En último lugar, puede limitar nuestro rendimiento. Más concretamente, el de los videojuegos. Pensad que lo que hace la sincronización vertical es limitar la frecuencia de actualización o los FPS que vemos a través del monitor. Si la tarjeta gráfica no puede generar suficientes fotogramas para igualar la frecuencia de actualización de la pantalla, puede producirse una disminución en la tasa de frames por segundo (FPS), lo que resulta en una experiencia menos fluida.
Alternativas al VSync
Dicho esto, y casi que para despedirnos, es importante tener en cuenta que hay alternativas a la VSync y que, en función de vuestras condiciones concretas. Es por esto mismo que algunos desarrolladores y fabricantres han diseñado sus propias tecnologías de sincronización vertical. Sin andarnos mucho por las ramas, os vamos a presentar las tres más extendidas, conocidas y recomendables que nos podemos encontrar. Son:
Adaptive VSync. Esta tecnología ajusta de manera dinámica la activación y desactivación del VSync según las condiciones y el rendimiento del juego. Así pues, más que una alternativa, podríamos decir que es un complemento. Su principal objetivo es encontrar el equilibrio entre eliminar el tearing y mantener la experiencia de juego. Cuando la tasa de fotogramas por segundo (FPS) está dentro del rango de la frecuencia de actualización de la pantalla, se habilita el VSync para evitar el tearing. Si los FPS caen por debajo de ese rango, el Adaptive VSync desactiva el VSync para evitar una disminución en la fluidez de la acción.
G-Sync. Desarrollada por NVIDIA, G-Sync es una tecnología diseñada para eliminar el tearing y minimizar la latencia en la visualización de los videojuegos. G-Sync funciona al adaptar la frecuencia de actualización de la pantalla de forma dinámica a la velocidad de fotogramas generada por la tarjeta gráfica. Esto se logra a través de la comunicación constante entre la tarjeta gráfica y el monitor compatible con G-Sync. Se necesitan GPU de NVDIA y monitores compatibles con esta tecnología. En caso contrario, no se puede usar.
FreeSync. Desarrollada por AMD, tiene como objetivo lograr resultados similares a los de G-Sync. FreeSync adapta la frecuencia de actualización del monitor a la velocidad de fotogramas generada por la tarjeta gráfica, lo que permite una sincronización más suave y elimina el tearing. Al igual que G-Sync, para aprovechar FreeSync es necesario contar con un monitor y una tarjeta gráfica AMD compatibles.
Conclusión: qué es y para qué sirve el VSync
Para terminar, podemos decir que el VSyn es una tecnología diseñada para resolver los problemas de sincronización en la frecuencia entre el monitor (Hz) y los frames por segundo (FPS) para que no haya problemas visuales. Tiene sus ventajas y desventajas, como cualquier tipo de tecnología, y poco a poco son cada vez más los usuarios que prefieren usar G-Sync o FreeSync al haber sido diseñadas específicamente para modelos concretos de monitor y gráfica.
Su objetivo principal es eliminar o reducir el tearing, un efecto visual no deseado que puede interrumpir la suavidad de la acción. Si bien el VSync ofrece ventajas notables, como una experiencia visual más orgánica, también puede introducir latencia en la entrada y afectar el rendimiento en ciertos casos. Dicho esto, nos despedimos hasta la próxima. Esperamos que este artículo os haya sido de utilidad.