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iSIM: qué son y en qué se diferencian de las eSIM

Actualizado a: 16 de mayo de 2024

iSIM, ¿qué son y en qué se diferencian de las eSIM? Si ya era complicado distinguir entre las eSIM y los muy diferentes formatos de tarjeta SIM, esta nueva tecnología viene a complicarlo todo todavía más. O eso parece, puesto que en realidad es bastante ‘sencillo’ distinguir entre unas y otras una vez sabemos qué son y cuáles son sus principales diferencias.

Y si bien es cierto que las SIM siguen siendo las predominantes del mercado, poco a poco esto va a cambiar. No pocas operadoras están o llevan trabajando mucho tiempo con estos nuevos formatos debido a sus múltiples ventajas, aunque hay otras tantas variables que no son del agrado del público. Adelantándonos un poco, no gusta que los teléfonos con una iSIM no puedan cambiar de operador. Os lo explicaremos más adelante, pero es un tema ‘complejo’.

Es por esto mismo que hoy, en GuíaHardware, queremos hablaros de los tres formatos de SIM que uno se puede encontrar actualmente en muy diversos mercados. Todo ello teniendo en cuenta que algunas todavía no están del todo integradas en España y/o Europa y se irán integrando de manera paulatina, por lo que podría haber algunos ‘cambios’.

Qué es una SIM

iSIM: qué son y en qué se diferencian de las eSIM
iSIM: qué son y en qué se diferencian de las eSIM

En primer lugar, antes de hablar de las iSIM y de las eSIM convendría repasar el concepto que precede a ambas: «SIM». Sin duda alguna, estas son las más conocidas de todas y, en realidad, son muchos los que confunden estas últimas —sobre todo— con las primeras. No obstante, si bien es cierto que pueden parecer lo mismo, son diferentes.

Para empezar, SIM es un acrónimo de Subscriber Identity Module. Tomando esta descripción, la podemos entender como una tarjeta mediante la cual se ratifica una determinada identidad. En el caso de la telefonía móvil, por ejemplo, es la que determina que somos nosotros los que están suscritos a una determinada tarifa con ciertas utilidades y un número de teléfono asociado.

Esto para empezar. Si nos adentramos más en el tema, podemos decir que una tarjeta SIM es un pequeño dispositivo de carácter extraíble que se utiliza en teléfonos móviles para realizar un proceso de autentificación. O lo que es lo mismo, determina la identidad del usuario dentro de una operadora para que se establezca de manera efectiva su comunicación móvil con la red de interna de esta para obtener sus servicios. Por lo tanto, el punto más importante es que determina ‘nuestra’ identidad para poder utilizar una red.

Esto solo es posible debido a que la tarjeta SIM contiene información personalizada relativa al usuario a quien acredita. Entiéndase, pues, que dispone de información como el número de teléfono, datos de autentificación, etc. que permiten al susodicho usuario acceder a los servicios de la red móvil. Del mismo modo, también puede almacenar números de teléfono que permanecen en su ‘memoria’ y quedan asociados a la propia SIM.

El origen de las eSIM y las iSIM

Se podría decir que mediante esta tecnología se construye la base de las eSIM y las iSIM, su evolución natural. De una forma u otra, todas ellas proporcionan información a un operador de red móvil. En el caso de las SIM se realiza este trasvase de información a través de la operadora utilizando el teléfono como intermediario. Este modelo, el de SIM, se caracteriza por insertarse en una ranura específica con un tamaño determinado, el cual conecta al dispositivo móvil para realizar todas esas operaciones.

Entre estas operaciones e informaciones se configuran, por ejemplo, los planes de servicio. Es decir, los minutos de llamada, la velocidad y la cantidad de datos móviles de la que disponemos, la funcionalidad de los mensajes de texto, etc. Del mismo modo, al poder almacenar esta información —aunque son necesarias configuraciones adicionales—, la puede importar y exportar de un teléfono a otro, siempre y cuando este último se convierta en el nuevo receptor de la SIM.

A grandes rasgos, y a modo de resumen, podemos decir que una tarjeta SIM es un dispositivo de carácter extraíble. Se utiliza en teléfonos móviles para realizar un proceso de autentificación personal, identificado a un usuario concreto dentro de una red de telefonía móvil para establecer los servicios de los que dispone. Todo ello mientras almacena información personalizada como, por ejemplo, el número de teléfono, el plan de datos, números de la agenda asociados a la SIM, etc.

Qué es una eSIM

Ahora que ya sabemos que es una SIM podemos hablar de las eSIM. De buenas a primeras, podemos decir que eSIM es un acrónimo de Embedded Subscriber Identity Module. Con esto somos capaces de entender cuál es su principal diferencia con las SIM y, posteriormente, con las iSIM: que son tarjetas físicas soldadas y/o incorporadas directamente sobre el hardware del teléfono, por lo que no se pueden extraer.

De hecho, más que de tarjeta, se podría hablar de un chip incorporado directamente sobre el hardware del dispositivo móvil. Por lo demás, podemos decir que —en realidad— su funcionamiento y sus propósitos son los mismos que los de la tarjeta SIM convencional. Este es el principal motivo por el cual hemos querido empezar hablando de estas. A fin de cuentas, salvando las distancias obvias, son básicamente lo mismo.

Por supuesto, hay diferencias bastante notables. Además de que las SIM son extraíbles y las eSIM no, hay otros aspectos que conviene repasar más allá del sistema de identificación. Para empezar, la velocidad y rendimiento del proceso. A cambio de sacrificar la portabilidad de las SIM, las eSIM simplifican y agilizan los procesos de activación y cambio de operadores. Al ser una tarjeta directamente integrada en el móvil, el proceso es mucho más ágil y sencillo.

¿Por qué? Por un lado, porque si se cambia de compañía, no hace falta esperar a recibir una nueva SIM. El proceso se ejecuta sobre la eSIM del propio teléfono. Todo se hace de manera remota en la propia tarjeta, lo que facilita mucho cualquier gestión. Esto para empezar, pero lo cierto es que hay otras muchas ventajas asociadas a este nuevo modelo de tarjeta SIM que poco a poco comienza a estar más extendido.

Cuáles son las ventajas de la eSIM respecto a las SIM convencionales

En primer lugar, las eSIM permiten a los usuarios tener más de un perfil de operador en un solo dispositivo. Hablando en cristiano, podemos tener más de una línea telefónica en un solo teléfono. Al hacer esto, se pueden gestionar diferentes tarifas y números desde un único dispositivo, algo especialmente en ámbitos laborales al poder tener un número de teléfono personal y otro de trabajo en un único teléfono. Este es un ejemplo, pero hay muchos tipos de usuarios que podrían beneficiarse de esto. Por ejemplo, para quienes viajen mucho y usen su segundo número para activar planes de viaje.

Otra gran ventaja asociada a las eSIM es que se elimina la necesidad de crear un espacio físico dentro del teléfono con el que almacenar las tarjetas SIM. Si bien es cierto que la tecnología ha evolucionado mucho en ese sentido con variantes como las MicroSIM, por poner un ejemplo, el ahorro de espacio físico es mucho mayor cuando la eSIM está directamente soltada al hardware. Al eliminar esa necesidad, se puede aprovechar el espacio para otras cosas. Inclusive, habilita a la eSIM para funcionar con otros dispositivos de menor tamaño como relojes inteligentes, por ejemplo.

Asimismo, se evitan muchos errores relacionados con la conexión física de la ranura y el teléfono. Bien es sabido por todos que, en ocasiones, puede darse algún fallo que se ‘soluciona’ al quitar la SIM y ponerla de nuevo porque se ha movido, por ejemplo. Con la eSIM esto no puede fallar. Por el lado contrario, se suma un nuevo chip no extraible que se puede estropear, complicando su reparación.

Sea como fuere, y a modo de resumen, podemos decir que la eSIM es una tarjeta (chip en realidad) integrada dentro del espacio físico (hardware) de un teléfono móvil (u similares) que cumple las mismas funciones que la SIM, pero integrándose directamente en el propio teléfono. Su principal ventaja es que ocupa menos espacio, puede gestionar diferentes líneas con una sola ‘tarjeta’ y es más rápida en algunos ámbitos como el cambio de operador.

Qué es una iSIM

iSIM: qué son y en qué se diferencian de las eSIM
iSIM: qué son y en qué se diferencian de las eSIM

Llegados a este punto solo nos queda hablar de las iSIM. Una vez, repetimos fórmula nombrando el acrónimo del que proviene: Integrated Subscriber Identity Modules. Aquí uno podría entender que eSIM e iSIM es lo mismo, pero hay una gran diferencia.

Por un lado, la eSIM es un chip que se suelda al teléfono. Por el otro, la iSIM forma parte de forma directa del hardware del teléfono. No es un elemento aparte que se suelda o se une, sino que es un elemento más del SoC. Ya no se diferencia de los demás.

Con esto en mente, podemos decir que se reduce todavía más el espacio necesario, puesto que ahora no es necesario integrarlas. Esto es especialmente útil cuando hablamos de dispositivos con un tamaño muy reducido que requieren de componentes de menor tamaño con un espacio físico mucho más limitado. Eso no ha cambiado, puesto que sus funciones siguen siendo las mismas de siempre: autentificar al usuario dentro de una red móvil.

Otra ventaja que presenta respecto a las SIM convencionales y que comparte en gran medida con las eSIM es que son menos susceptibles al robo, por ejemplo, o a la manipulación externa, puesto que forman un todo con el resto del teléfono. Esto es algo especialmente interesante teniendo en cuenta toda la información que incluyen estos pequeños dispositivos. Eso sí, no se puede cambiar de operador, pues son diseñadas para estas de manera más concreta. Aparte, puede ser actualizada a través de actualizaciones (válgase la redundancia) de software del propio teléfono.

En resumen, las iSIM representan un avance importante en la evolución de las tarjetas SIM. Su integración directa en el hardware de los dispositivos ofrece beneficios en términos de tamaño, seguridad y gestión remota. Con su adopción en el campo del IoT y los dispositivos conectados, las iSIM están contribuyendo a habilitar una mayor conectividad y simplificar la forma en que nos comunicamos y aprovechamos los servicios móviles.

En qué se diferencia una iSIM de una eSIM y una SIM

Con esto podemos dar por terminado el presente artículo, pero antes queremos repasar todas y cada una de las diferencias entre ambos modelos de tarjeta SIM. Sobre todo porque entendemos que puede ser algo complicado de dilucidar de manera clara siguiendo solo los textos. Por eso mismo os ofrecemos este repaso final para que quede todo claro.

Formato físico

Una de las principales diferencias entre una SIM, una eSIM y una iSIM es el formato físico. Las primeras (SIM) son tarjetas físicas extraíbles, la segunda (eSIM) es una tarjeta física (o chip) soldado al hardware del teléfono y la tercera (iSIM) es un componente directamente integrado en el dispositivo. Por lo tanto, la última no es una tarjeta física integrada de una manera de una u otra, mientras que las otras dos sí. Por supuesto, cambiar la eSIM o la iSIM de un teléfono a otro es muy complicado por no decir imposible en muchos casos.

Activación y funcionamiento remoto

A diferencia de las SIM convencionales, las eSIM y las iSIM funcionan de manera remota al estar directamente (de una manera u otra) en el dispositivo móvil. Por lo tanto, pueden activarse a distancia y/o ajustarse según la compañia de manera mucho más eficaz y certera. La gestión desde las operadoras es más rápida.

Operadoras

Con la SIM podemos cambiar de operadora, pero suele ser lento. Con la eSim podemos hacerlo de manera muy más rápida y eficaz. No obstante, las iSIM no permiten cambiar de operadora. Están diseñadas para estar asociadas con un único operador y generalmente no se pueden cambiar de forma remota.

Espacio y diseño

Las tarjetas SIM ocupan un gran espacio. Por su parte, las eSIM, como también son tarjetas físicas, ocupan espacio adicional en el teléfono. Menos que la SIM, pero lo ocupan. En cambio, las iSIM, al estar integradas directamente en el hardware, no requieren espacio adicional y permiten un diseño más compacto.

Seguridad

Tanto las eSIM como las iSIM ofrecen un alto grado de seguridad, sobre todo cuando se las compara con las SIM convencionales. Aparte, la iSIM puede ofrecer algo más de seguridad —sin ser un cambio tan notable— respecto a las eSIM. Así pues, pueden ofrecer una mayor resistencia frente al robo, la manipulación o el intercambio no autorizado de tarjetas SIM.

Aplicaciones

Las eSIM se utilizan ampliamente en dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes, tabletas y relojes inteligentes, para facilitar la conectividad móvil y la conmutación de operadores. Las iSIM, por otro lado, son especialmente relevantes en el ámbito del Internet de las cosas (IoT), donde se utilizan en dispositivos conectados y en aplicaciones industriales, como automóviles, electrodomésticos, medidores inteligentes, entre otros.

En resumen, la principal diferencia entre las iSIM y las eSIM radica en su formato físico y flexibilidad. Mientras que las eSIM son tarjetas SIM físicas y ofrecen una mayor flexibilidad para cambiar de operador, las iSIM son componentes integrados en el hardware y están diseñadas para asociarse con un solo operador. Ambas tecnologías tienen aplicaciones específicas en dispositivos móviles y en el campo del IoT.

Marcos Wagih

Marcos Wagih

Amante de la informática y la tecnología desde pequeño, llevo dedicándome a esto tanto tiempo que ya ni me acuerdo. Especialista en gaming, tanto en consolas como en ordenadores, llevo formándome —y lo que me queda— más de 8 años en diferentes materias.

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