Actualizado a: 19 de enero de 2024
¿Cómo podemos hacer overcloking en nuestra tarjeta gráfica o GPU para aumentar su rendimiento? Sin duda alguna, este es un tema muy interesante que, de hecho, ya hemos comentado en otras ocasiones, aunque con otros dispositivos. Véanse, por ejemplo, los monitores gaming. Es algo que, poco a poco, se está extendiendo, ya que nos permite obtener una potencia mayor de la original sin necesidad de adquirir nuevos productos.
Se podría decir, en cierto modo, que una de las grandes ventajas de hacer overclock en cualquiera de nuestros componentes es que podemos conseguir mayor potencia sin gastarnos dinero y sin salir de casa. Por esto mismo se ha convertido en una práctica tan extendida tanto en usuarios avezados en la materia como en primerizos. No obstante, como viene siendo habitual, todo tiene un precio.
Hacer overclocking en nuestra tarjeta gráfica tiene sus riesgos, como todo. Y aunque está claro que los beneficios pueden ser realmente evidentes y notables, tampoco debemos olvidar que estamos configurando nuestra GPU con parámetros superiores a sus valores de gráfica. Por supuesto, esto tiene sus consecuencias, aunque lo veremos más adelante. Este es uno de los diversos temas que queremos tratar en esta ocasión.
Así pues, además de explicaros cómo podéis hacer overcloking a vuestra tarjeta gráfica, también os diremos qué pasos debéis hacer antes, cómo puede afectar a vuestro ordenador, etc. Es decir, que además de traeros una guía con los muy diversos sistemas disponibles que uno puede encontrar en el mercado, ahondaremos todavía más en el tema para que no os quede ninguna duda.
Cómo hacer overclocking a tu tarjeta gráfica: ¿Qué es?
Dicho esto, antes de continuar, debemos entender exactamente que es el overcloking. A grandes rasgos, es una práctica que nos permite aumentar la frecuencia de reloj de un componente electrónico. En nuestro caso, hablamos de la GPU, pero también se puede hacer —tal y como ya hemos visto— con monitores gaming e, inclusive, la CPU.
De hecho, las empresas suelen especificar cuál es su capacidad máxima mediante este sistema, pero eso es un tema aparte. En lo que respecta a la GPU, se trata de un proceso mediante el cual alteramos los parámetros de fábrica de la tarjeta gráfica para aumentar su velocidad de reloj para así obtener un mayor rendimiento.
Con esto lo que se consigue es llevar el componente al máximo de su capacidad para aumentar su rendimiento, consiguiendo piezas de gama media sean capaces (por ejemplo) de competir con unidades de gama alta en determinadas circunstancias. Se resume, pues, en una práctica que aumenta la potencia de determinados componentes electrónicos.
Cómo hacer overclocking a tu tarjeta gráfica: ¿Cuáles son sus principales desventajas?
Por supuesto, esto tiene sus desventajas. Es más, diríamos que tiene bastantes. Si bien es cierto que a cambio podemos obtener un mayor rendimiento, el overclock tiene efectos negativos tanto en nuestro ordenador como en nosotros, los consumidores. ¿Y esto último cómo es posible? Pues porque la garantía no cubre cualquier despefecto que pueda aparecer en nuestra tarjeta gráfica como consecuencia del overclocking.
Es algo lógico si tenemos en cuenta que estamos ignorando las recomendaciones de la fabricante. Pero… ¿Puede pasarle algo a mí PC? Sí y no. A grandes rasgos, cuando hacemos overclock, estamos acortando la vida útil de la pieza. En este caso, de la GPU. Si lo pensamos, es normal que suceda, puesto que le estamos pidiendo a la tarjeta gráfica que funcione a un nivel superior del recomendado de manera continuada.
Por lo tanto, el primer y más evidente contratiempo que puede ocasionar el overclock es perder la garantía de un producto y reducir su vida útil. Y aunque lo primero no tiene porqué suceder, lo segundo siempre va a pasar. Repetimos: siempre. Aunque también depende de la calidad del componente y de la ‘suerte’, el overlock siempre va a reducir la esperanza de vida de cualquier pieza.
Temperatura y vida útil como grandes contratiempos
Es por pura lógica. No hay que buscarle cinco pies al gato. Así pues, si haces overcloking, debes entender que te tocará cambiar de GPU antes de lo normal al forzarla más allá de sus ‘límites’ preestablecidos. Aparte de todo esto, aumentará el consumo eléctrico del PC tanto por la potencia adicional como por la necesidad de un mejor sistema de refrigeración. Así es, otro efecto secundario es el aumento de temperatura.
Al hacer que la GPU funcione a una mayor potencia, generará más calor al trabajar de manera más exigente. Esto provocará que la temperatura de la pieza y del ordenador aumentes. Todo esto provocará que necesitemos un mejor sistema de refrigeración, siempre y cuando no dispongamos de uno adecuado. Por lo tanto, antes de iniciar este proceso, es importante revisar la configuración de nuestro PC.
Además de repasar qué tipo de fuente de alimentación necesitamos para nuestra gráfica, también tendremos que asegurarnos de que la temperatura se mantiene en niveles estables. Para ello hay bastantes programas que nos pueden ayudar como CoreTemp o MSI Afterburner, ya que brindan —entre otras cosas— esa información. Aparte de todo esto, es posible que haya errores inesperados, porque no está programado para ello. Esto pasa menos con las gráficas especialmente preparadas para ello, por lo que también conviene revisar sus especificaciones.
Cómo hacer overclocking a tu tarjeta gráfica: ¿Debemos hacer algo antes?
Habiendo explicado todo esto, antes de proseguir, queremos daros una serie de consejos muy importante. De hecho, podríamos deciros que la guía empieza aquí, puesto que consideramos que este es un paso fundamental si queremos evitar que nuestro PC se resienta más de lo necesario. El primero y más importante de todos es limpiar bien el PC.
Sí, limpiar el PC. Aunque esta es una práctica que os recomendamos que hagáis de forma habitual, es especialmente importante antes de hacer overclocking a nuestra tarjeta gráfica. Así pies, además de quitar todo el polvo —aseguraros de hacerlo con las herramientas adecuadas—, revisad que las salidas de ventilación tiene espacio suficiente como para funcionar.
Aparte de todo esto, será mejor actualizar todos los controladores gráficos (drivers) para asegurarnos de que todo esté en el mejor estado posible. Y aunque pueda parecer una tontería, cualquier pequeña corrección o mejora que se integre, es muy bien recibida. De hecho, si podéis actualizar los controladores también de la placa base, más que mejor.
Cómo hacer overclocking a tu tarjeta gráfica
Llegados a este punto, ahora sí, podemos hablar de los diferentes sistemas existentes para hacer overclocking. Eso sí, antes de comenzar queremos comentaros una cosa: aquí solo os hemos expresado los tres más habituales y ‘seguros’ que conocemos. En el mercado existen un montón de programas y aplicaciones que pueden hacer lo mismo que os vamos a explicar con las tres siguientes, pero nosotros hemos preferido hacerla solo mediante herramientas oficiales y/o altamente contrastadas.
De hecho, tanto NVIDIA como AMD disponen de sus propios programas para ejecutar esta tarea, puesto que ambas marcas diseñan componentes más preparados de lo normal para funcionar con overclock. La tercera en discordia es MSI AfterBurber. Ya os hemos hablado antes de ella y es la única que hemos probado que nos inspire la misma confianza que las oficiales de las empresas desarrolladoras de las propias gráficas. Dicho esto, vamos con el tema en cuestión.
MSI Afterburner
El proceso es bastante sencillo en líneas generales. Muy, muy sencillo. Tanto es así que solo tendremos que ir al propio programa y modificar un par de valores. No obstante, antes de nada, os ofrecemos una primera preview del programa. Lo primero que os vais a encontrar nada más abrir MSI AfterBurner es algo parecido a la imagen anterior, aunque podría cambiar ligeramente con la siguiente actualización.
En general, todo lo que necesitamos para hacer overclock en nuestra GPU está en el recuadro rojo, pero os vamos a recomendar que, antes de nada, vayáis a la rueca que está a la izquierda. Al hacer clic encima se os abrirá una ventana con varias pestañas. Pulsad en la flecha derecha hasta que encontréis interfaz de usuario. Una vez dentro, veréis un apartado que pone «Propiedades de los temas en la interfaz de usuario«. Ahí podréis cambiar la skin del programa.
¿Y por qué queremos hacer esto? Pues para que el proceso sea más visual y sencillo. Hay muchas opciones interesantes, como la de «MSI Ampere Afterburner skin by Drerex Design» o «MSI Big Navi Afterbuner skin by Drerex Design«, por ejemplo. Estas dos nos gustan mucho porque son muy visuales. A nosotros nos gusta especialmente la segunda porque se ve muy fácilmente el apartado de «GPU Clock«, el cual está directamente relacionado con el overclocking.
Una vez tengamos hecho esto, tendremos que ir de nuevo a la sección de ajustes (imagen de referencia 2) y marcar las dos opciones que os vamos a mostrar en la imagen. Una vez hemos realizado este paso, aplicamos y volvemos a nuestro programa. Empleando la imagen de referencia anterior a esta, la que nos muestra una tarjeta gráfica de la marca AMD como eje visual, buscamos la sección de «GPU Overclock» y modificamos su valor. Listo, ya hemos terminado de hacer overclocking.
Una vez hayamos aplicado los cambios, la gráfica empezará a funcionar por encima de sus niveles normales, aunque lo más probable es que también tengas que cambiar el valor de «mem. clock«. Ahora, nuestra recomendación es la siguiente: que lo modifiquéis poco a poco para evitar pasaros y/o aumentar demasiado la potencia. Lo ideal es probar poco a poco o revisar cuál es la configuración recomendada para cada tipo de gráfica.
NVDIA
En el caso de NVIDIA, para hacerlo mediante una de sus herramientas oficiales, será necesario instalar GeForce Experience. No obstante, el sistema que os vamos a indicar es automático y sigue en fase de pruebas, por lo que tal vez os interese algo más emplear el sistema de MSi Afterburner. En caso contrario, una vez hayáis instalado el programa, en la sección de ajsutes tendréis que marcar la opción de «Habilitar funciones experiementales. Puede requerir una actualización de GeForce Experience«.
Una vez hayáis hecho esto, con la superposición de juegos activa (es en la misma pestaña), pulsad «ALT + Z» para abrir el overlay de NVIDIA. Una vez dentro, clicad en donde pone «rendimiento». Tras esto se os abrirá una barra lateral en la que podréis activar el sistema automático de NVIDIA, el cual debería seleccionar la mejor opción de overclocking dispone con vuestro PC.
AMD Software: Adrenalin Edition
Aunque podemos realizar el proceso en AMD con el MSI Afterburner sin ningún problema, también se puede hacer mediante el software oficial de la propia marca. A través de este —entre otras muchas cosas, ya que AMD Software: Adrenalin Edition nos permite configurar nuestra gráfica casi como queramos— podremos aumentar la frecuencia de reloj de nuestra GPU. El proceso es tan simple como antes, aunque en esta ocasión tendremos que ir al apartado de «tuning».
En este podremos modificar los mismos valores que en MSI tales como la frecuencia máxima, la frecuencia mínina, etc. Si aumentamos la frecuencia máxima, pues estaremos haciendo overclock de nuestra GPU. Os recomendamos, una vez más, que hagáis el proceso muy poco a poco para aseguraros de que no estáis sobrecargando demasiado vuestro PC.
A fin de cuentas, mediante los propios gráficos del programa podremos ver cuál es la velocidad de los ventiladores, la temperatura que está alcanzando la GPU, etc. para así determinar que todo funciona como debe dentro del contexto de que lo estamos forzando más allá de sus prestaciones iniciales.