Actualizado a: 16 de febrero de 2023
Si tienes un disco duro externo, es probable que en algún momento necesites formatearlo. Ya sea para reparar algunos problemas del formato que tiene dado, para cambiarlo de formato, generar más particiones, deshacerse de algún malware que lo haya infectado, e incluso para limpiarlo por completo y poder comenzar desde cero a almacenar datos.
Estos discos duros ya vienen con un formato dado, por lo general es NTFS. Eso es ideal para la mayoría de los casos debido a su compatibilidad con todo tipo de aparatos, como las smart TVs, PCs con cualquier sistema operativo, etc. Pero puede que lo quieras cambiar por algún motivo. Sea lo que sea, aquí tienes el procedimiento para formatearlo descrito paso a paso.
Los pasos serían idénticos para formatear también otros medios de almacenamiento externos, como un pendrive e incluso una tarjeta de memoria SD. Por tanto, puedes usar este mismo tutorial para formatear cualquier memoria externa, independientemente del tipo y de la interfaz (USB, Firewire, eSATA, Thunderbold…).
Estas otras unidades extraíbles, también pueden venir en formato crudo (raw), por lo que no podrás almacenar nada si no las formateas antes. A parte del NTFS para las de mayor tamaño, otras suelen venir con FAT, lo que implica serias limitaciones en los tamaños de las particiones y el de los archivos que se almacenan. Por ejemplo, en FAT32 llegan a los 4GB como máximo, por lo que si tienes un archivo que supera ese tamaño (vídeo, ISO, bbdd…), entonces no te permitirá almacenarlo.
Como ves, del formato también va a depender las capacidades y tamaño de los archivos. Por eso es bueno que aprendas a formatear para cambiar los sistemas de archivos y particiones.
El formato
Formatear un medio de almacenamiento implica un proceso que va más allá de dar el propio formato. No obstante, ocurre como la compilación. Al ser el paso clave, se ha tomado esa palabra para describir a todo el proceso. Pero formatear, como lo entendemos nosotros, implica crear una tabla de particiones, particionar, generar una estructura de datos y dar formato a la partición (FS). Eso siempre que nos refiramos a un formateo a alto nivel o lógico, ya que existe uno a bajo nivel, pero eso es otro tema…
Cuando intentas dar un formato desde Microsoft Windows 10, y otros sistemas operativos, verás que te permite seleccionar entre dos tipos de formateo:
- Formato rápido: es más rápido, y en él no se eliminan físicamente los archivos por completo. Además, tampoco elimina las particiones que existan en el medio de almacenamiento. Esto es conveniente cuando se quiere reparar algún problema, como los sectores dañados, de un medio de almacenamiento y permitiría recuperar los datos con herramientas forenses.
- Formato completo: se va a demorar más tiempo, pero en este caso sí que elimina los archivos y tabla de particiones. Luego volverá a crear la tabla de particiones y partición con el formato dado. Aquí, aunque se podrían recuperar los datos con ciertas herramientas forenses avanzadas, podrían haberse perdido en gran medida. Es ideal para cuando se quiere comenzar de nuevo.
En cuanto a los otros parámetros de tamaño de bloques, etc., es mejor que dejes los que vienen por defecto si no sabes bien lo que estás haciendo.
Formato
Lo que sí es necesario es que elijas bien el formato. Aunque en Linux, macOS, y otros sistemas operativos haya otros formatos, pero por lo general, en Windows podrás elegir entre un número limitado de formatos. Precisamente coinciden con los más extendidos, por lo que han sido los que se han impuesto en otros dispositivos. Es decir, son los compatibles con smart TVs, tabletas, móviles, etc.
Estos formatos son:
- NTFS: el NT file system es el sistema creado por Microsoft para sus nuevos sistemas operativos Windows NT (XP, Vista, 7, 8.x, 10). Este formato, junto con FAT, es soportado por multitud de dispositivos incluso si no tienen Windows. Linux y macOS también aceptan este formato, y pueden leer y escribir en él. Lo interesante es que permite almacenar archivos de más de 4GB de tamaño, ideal si guardas imágenes ISO, vídeos de alta calidad, y otros archivos de gran tamaño. Permite también superar el límite de los 2TB por partición.
- FAT32: es un formato mejorado frente a FAT12 y FAT16, que eran las versiones anteriores que Microsoft había desarrollado para sus sistema operativo. En este caso, se pueden almacenar archivos hasta 4GB, pero no por encima de eso. Igualmente, es ideal para particiones o medios de menor tamaño, ya que si tienes más de 2TB no podrá formatearse con una sola partición. Al igual que NTFS, tanto Linux, como macOS, y otros dispositivos lo pueden reconocer.
Existen muchos más formatos, como ZFS, HFS, ext3, ext4, ReiserFS, y un largo etc. Pero estos solo son compatibles con algunos sistemas operativos, y no son tan universales como los anteriores. Estos formatos no los reconoce Windows 10, por lo que solo los debes emplear para un uso peculiar.
Proceso de formateo paso a paso
Para formatear una unidad puedes seguir estos sencillos pasos. Y siempre centrándonos en los más genéricos y compatibles con Windows 10 y la mayoría de dispositivos, como son FAT y NTFS.
Los pasos para formatear la unidad son:
- Conecta o introduce la unidad de almacenamiento. Ya sea conectando el USB, Firewire, insertar la tarjeta SD en el lector de tarjetas, etc.
- Ahora ve a Equipo, verás que la unidad insertada ha aparecido en la sección Dispositivos de almacenamiento extraíble.
- Puede tomar varios nombres, en función de las unidades que ya tengas: D:, E:, F:, G:,… Es importante que sepas bien cuál es. Si es necesario, retira la unidad y vuelve a conectarla para que veas cuál es el icono que aparece en Equipo. Si te confundes de unidad y formateas otra perderás todos los datos de dicha unidad.
- Una vez identificada la letra de la unidad adecuada, por ejemplo F:, debes hacer clic con el botón derecho del ratón sobre ella.
- En el menú que se despliega debes elegir la opción Formatear…
- Ahora se abre una nueva ventana con las opciones:
- Pulsa Iniciar. Te avisará de que se eliminarán todos los datos, obviamente. Acepta y comenzará el proceso.
- Capacidad: si la quieres formatear al completo, debes dejar el valor predeterminado que aparece. Por ejemplo, si has introducido una memoria SD con 16 GB, aparecerán 14.6GB aproximadamente que es la capacidad real. Solo debes variar esta valor en caso de estar seguro de lo que haces y para hacer varias particiones, dejando hueco para otra.
- Sistema de archivos: es el formato en sí, por lo que debes elegir el que quieres: FAT o NTFS, según te interesa.
- Tamaño de la unidad de asignación: esto es mejor dejarlo con el valor predeterminado que marca. No tienes que cambiarlo si no sabes qué estás haciendo.
- Etiqueta del volumen: es un valor que no influye nada, pero que puedes poner lo que te apetezca. Es el nombre que recibirá dicha unidad. Por ejemplo, si estás formateando un pendrive puedes poner «Unidad USB» o si es una SD puedes poner «Fotos«, o lo que quieras…
- Formato rápido: por último, la casilla de formato rápido estará sin marcar. Si no quieres formato rápido no la marques. Pero si quieres formato rápido márcala.
- Espera a que termine el proceso y tu unidad estará ya formateada.
Otras formas de formatear una unidad
Existen más opciones para formatear una unidad extraíble. Lo puedes hacer también desde la propia consola (CMD o Símbolo del sistema o PowerShell) de Windows, con aplicaciones de terceros (Partition Wizard, EaseUS Partition Master, Paragon Partion Magic, AOEMI Partition Assistant…), e incluso desde CDs/DVDs/USBs Live, como son Hiren’s y sus herramientas de particionamiento, GParted, etc. Esto es cuestión de gustos…
Pero si no quieres instalar nada, ni usar comandos, también hay otra alternativa built-in en Windows 10. Es una herramienta igualmente gráfica, por tanto sencilla de utilizar, pero con algo más de posibilidades frente a la utilidad rápida que he descrito anteriormente.
Me estoy refiriendo a Windows Disk Management o Administrador de discos de Windows. Para poderlo usar, solo tienes que realizar estos pasos:
- Inserta la unidad que quieras formatear.
- Luego ve al Panel de Control. (si quieres saltarte los pasos 2 a 6, entonces puedes ejecutar o buscar en Cortana diskmgmt.msc)
- Después dirígete a la zona Sistema y Seguridad.
- Pulsa en Herramientas administrativas.
- Ahora pulsa en Administración de equipos.
- Entonces puedes elegir Administración de discos.
- Debes estar viendo ahora la ventana del sistema de Administración de discos de Windows. Ya puedes comenzar a formatear.
- Las opciones que tienes son similares a los pasos descritos en el otro método. Es decir, te aparecen los medios que tienes, tanto los internos como los externos. Elige el que quieres formatear. Por ejemplo, la unidad F: (extraíble) que aparece en la imagen superior.
- Pulsa sobre el medio con el botón derecho del ratón y luego selecciona Formatear. En este caso, incluso puedes hacer más cosas, como redimensionar particiones existentes, etc., pero eso no nos interesa ahora.
- En la nueva ventana que se abre te permite seleccionar la Etiqueta (nombre de la unidad), Sistema de archivos (formato), y el resto déjalo como está. Si quieres, marca Formato rápido o déjalo sin marcar para un formateo más profundo. Aquí también tienes la opción Compresión de Archivos y Carpetas, pero esa también la debes dejar sin marcar.
- Ahora pulsa Aceptar y espera a que termine.