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NAS vs SAN: ¿Qué sistema de almacenamiento es mejor?

Actualizado a: 18 de marzo de 2024

Es normal que nos preguntemos por cómo hacen las empresas, las grandes organizaciones o, simplemente, los particulares, para almacenar masivas cantidades de datos. Pues bien, en este sentido surgen los NAS, que ya hemos visto de sobra en GuíaHardware y los SAN.

De hecho, es muy interesante aprender saber cómo montar tu propia nube en casa con un NAS.

Vamos a ver qué es cada uno de ellos, sus principales diferencias y las aplicaciones más comunes.

¿Qué es SAN?

SAN

SAN, o Storage Area Network, es una red diseñada exclusivamente para el almacenamiento de datos. Un SAN es una red de dispositivos de almacenamiento que se conectan a servidores, permitiendo que múltiples usuarios accedan a grandes volúmenes de datos.

Es como tener un gigantesco disco duro externo disponible para toda una red de ordenadores. Las SAN implementan una estructura de red altamente especializada que da a los servidores un acceso directo y veloz a los datos almacenados, trabajando a nivel de bloque.

La tecnología predominante detrás de las SAN es el canal de fibra, que recurre a controladores de almacenamiento y switches exclusivos para crear un puente entre los servidores y los sistemas de almacenamiento.

En el corazón de una SAN, se encuentra el controlador de almacenamiento, el cerebro que organiza los discos duros físicos y los presenta como discos virtuales o unidades lógicas a los servidores.

Esto permite que los servidores interactúen con estos discos virtuales como si estuvieran físicamente conectados, facilitando un flujo de datos a velocidad de la luz.

¿Qué es un NAS?

NAS

Por otro lado, NAS, que significa Network Attached Storage, es esencialmente una unidad de almacenamiento conectada a una red que nos permite el almacenamiento y la recuperación de datos desde una ubicación central para usuarios autorizados de la red.

Se trata de una nube personal o de oficina, donde podremos guardar todos nuestros archivos y medios, y a la que puedes acceder desde cualquier dispositivo conectado a nuestra red local.

Los NAS destacan por su habilidad para integrarse con facilidad a la red local utilizando los protocolos de red convencionales, actuando como servidores de archivos dedicados.

Se comunican a través de la red usando Ethernet e IP, facilitando el acceso a los datos a nivel de archivo a cualquier usuario conectado a la red.

Dotados de sistemas operativos propios y sistemas de archivos específicos, los dispositivos NAS gestionan de manera autónoma el almacenamiento y la administración de archivos. Esto les permite no solo almacenar y compartir archivos entre múltiples dispositivos sino también ejecutar operaciones de gestión de datos sin depender de otros servidores.

Como usuarios, accedemos a los archivos en un NAS a través de protocolos estándar como NFS (Network File System) o SMB (Server Message Block), lo que nos permite una interacción fluida y directa con los datos almacenados.

¿Qué diferencias hay entre un NAS y un SAN?

Los sistemas SAN y NAS representan dos enfoques distintos para el almacenamiento en red, cada uno con sus particularidades y campos de aplicación.

Mientras que un SAN constituye una red local que agrupa múltiples dispositivos de almacenamiento, un NAS se presenta como un dispositivo único que se incorpora a la red de área local (LAN), marcando así las principales diferencias entre estas dos soluciones.

Arquitectura

En cuanto a la arquitectura, un SAN se despliega como una red paralela, frecuentemente recurriendo a switches y cables propios, en contraste con el NAS, que se engancha directamente a la infraestructura LAN preexistente.

Un SAN demanda una configuración de red más compleja, optando por soluciones como el canal de fibra o iSCSI, mientras que el NAS se conforma con la conectividad Ethernet convencional.

Gestión de datos

Desde la perspectiva de la gestión, mantener un SAN implica un desafío mayor, dada su naturaleza de red especializada y el manejo a nivel de bloque, con requerimientos como la zonificación y la configuración de switches.

Por otro lado, administrar un NAS resulta más intuitivo, gracias a su integración directa con la LAN y su operativa a nivel de archivo.

Rendimiento

En términos de rendimiento, el SAN se posiciona como la opción preferida para necesidades de almacenamiento de alta exigencia, dando acceso rápido y de baja latencia a los datos. Es la elección acertada para aplicaciones críticas como bases de datos y entornos de virtualización.

El NAS, aunque competente para la compartición de archivos y almacenamiento general, puede experimentar una latencia mayor en comparación con el SAN.

Escalabilidad

La escalabilidad es otro punto donde el SAN lleva la delantera, ofreciendo la flexibilidad de agregar más dispositivos de almacenamiento sin comprometer la red, adaptándose a las demandas de almacenamiento en crecimiento.

Por su parte, la capacidad de expansión de un NAS está limitada a las especificaciones de cada dispositivo.

Precio

En cuanto al precio, implementar y mantener un SAN generalmente implica una inversión más significativa, debido al hardware y la infraestructura especializada que requiere.

En contraste, el NAS, por su simplicidad y el uso de la infraestructura Ethernet estándar, suele ser una solución más económica, idónea para entornos de menor envergadura.

NAS vs SAN: ¿Para qué utilizarlos?

Utilizando SAN

san

En el corazón de las operaciones empresariales críticas y aquellas que demandan un rendimiento excepcional, frecuentemente hallamos a las redes de área de almacenamiento (SAN) como protagonistas clave.

Las SAN son una pieza fundamental en aquellos escenarios que demandan un intenso procesamiento computacional y manejo de datos a gran escala.

Este es el caso de sectores como la investigación científica, el desarrollo de ingeniería avanzada y el mundo de las finanzas, donde el análisis rápido y eficiente de enormes volúmenes de información es importante.

En el universo de las bases de datos de misión crítica, donde cada segundo cuenta, las SAN se destacan por ofrecer un acceso directo y veloz a la información, constituyendo la columna vertebral para aplicaciones que no pueden permitirse el lujo de latencias o retrasos.

Cuando se trata de proteger la información vital, las redes de área de almacenamiento avanzan a la vanguardia, facilitando procesos de replicación de datos y estrategias de recuperación ante desastres de forma ágil.

Esta capacidad no solo asegura la disponibilidad continua de los datos críticos sino que también contribuye a reducir al mínimo los tiempos de inactividad en situaciones adversas, manteniendo la continuidad del negocio en todo momento.

Utilizando NAS

NAS

En el entorno de una oficina doméstica o una pequeña empresa, los dispositivos NAS desempeñan un papel clave al permitir el almacenamiento y la compartición eficiente de archivos entre diversos usuarios.

Un solo dispositivo NAS puede servir como el corazón de la gestión de archivos, permitiendo a los departamentos de tecnología de la información consolidar múltiples servidores de archivos en uno solo.

El NAS brilla especialmente cuando se trata de mantener archivos activos, aquellos a los que se accede con frecuencia, disponibles y fáciles de buscar.

Ofrece una alternativa eficaz y económica al almacenamiento en cinta tradicional o soluciones de almacenamiento en frío basadas en la nube para la conservación de datos a largo plazo. De ahí que también tengamos un artículo sobre cómo crear tu propio Google Fotos con un NAS.

Para las empresas inmersas en el universo del big data, el NAS emerge como una solución robusta capaz de almacenar y procesar volúmenes masivos de archivos no estructurados.

Compatible con herramientas avanzadas de análisis y procesos ETL (extracción, transformación y carga), facilita el manejo y análisis de extensas bases de datos, permitiendo a las organizaciones extraer valiosos insights y tomar decisiones basadas en datos con mayor precisión.

Conclusiones

Al final, la elección entre NAS y SAN se reduce a nuestras necesidades específicas de almacenamiento de datos. Si somos una gran empresa con necesidades de almacenamiento y rendimiento intensivos, un SAN podría ser la mejor opción.

Sin embargo, para usuarios domésticos, pequeñas empresas o aquellos que buscan una solución de almacenamiento compartido accesible, un NAS ofrece una excelente relación calidad-precio y facilidad de uso.

Jaime Herrera

Jaime Herrera

Ingeniero Informático apasionado por el hardware y la tecnología. Llevo más de diez años dedicándome al análisis de componentes como procesadores, tarjetas gráficas y sistemas de almacenamiento. Mi objetivo es ofrecer información clara y precisa, combinando mi experiencia técnica con un enfoque práctico para ayudar a los lectores a entender mejor el mundo del hardware.

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