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Cómo acelerar Windows 10 para mejorar el rendimiento de nuestro PC

Actualizado a: 15 de abril de 2024

No solamente va a ser el paso del tiempo el culpable de que nuestro PC se muestre cada vez más lento y perezoso. Son muy variadas las causas que pueden provocar esa lentitud y una de ellas puede estar relacionada con el hardware que puede no ser lo suficientemente potente para gestionar todas nuestras aplicaciones y sistema operativo.

En otras ocasiones las causas las vamos a encontrar en el lado del software o el propio sistema de nuestro ordenador. Pero también existen trucos y recomendaciones para conseguir acelerar Windows 10 y mejorar el rendimiento de nuestro PC.

Lo más complicado siempre va a a ser encontrar la causa de que nuestro ordenador comience a ir más lento. El sistema operatido de Microsoft incluye una herramienta que permite generar un informe completo del rendimiento de nuestro PC.

Los usuarios de la última versión del sistema operativo de Microsoft han visto cómo tienen a su disposición un completo Centro de seguridad de Windows Defender. Entre una de las opciones que podemos encontrar, está la de rendimiento y estado del dispositivo, que es la que nos permite conocer si Windows está correctamente actualizado o no y si hay algún problema de hardware o software en el equipo.

Con todo esto, genera un informe de mantenimiento y nos muestra dentro de esta opción en el Centro de seguridad de Windows Defender si ha encontrado algún problema o no.

Independientemente de si el informe nos da alguna pista de dónde puede estar el problema que hace que el rendimiento de nuestro PC haya disminuido, vamos a mostrar a continuación algunas recomendaciones a seguir para tratar de acelerar el sistema.

Windows 10: cómo optimizar el rendimiento para videojuegos

Trucos para acelerar Windows 10 y mejorar el rendimiento

Ojo con los virus y con los propios antivirus

Una de las causas más comunes de que nuestro PC se haya vuelto lento puede ser que hemos sido infectados por algún virus o malware.

Es recomendable, por tanto, pasarle uno de los mejores antivirus a nuestro equipo para detectar y limpiar cualquier infección.

Windows 10 cuenta con su propio antivirus preinstalado, Windows Defender, sin embargo son muchos los usuarios quienes prefieren instalar otras herramientas de seguridad.

Cualquier precaución es poca, pero hemos de saber que muchos antivirus son los responsables de que el ordenador se vuelva más perezoso todavía a causa de la cantidad de recursos que utilizan y a la necesidad de estar siempre ejecutándose en segundo plano.

Siempre será recomendable utilizar un antivirus para acabar con cualquier virus o malware causante de que nuestro PC vaya más lento, para ello es importante valorar conformarnos con Windows Defender como herramienta de seguridad o hacernos de otro tipo de antivirus que no ralentice demasiado nuestro equipo.

Borrar programas de inicio no utilizados y activar el inicio rápido

Muchas de las aplicaciones que tenemos instaladas en nuestro PC mantienen activada por defecto la opción de iniciarse con el arranque del equipo. Lo notaremos por la tardanza en iniciar el arranque.

Para ganar velocidad optaremos por eliminar todos los programas que se ejecutan al encender el ordenador.

La forma de hacerlo es sencilla, simplemente tenemos que abrir el administrador de tareas y desde la pestaña Inicio, seleccionaremos aquellos programas que se ejecutan en el inicio de Windows. Haremos clic sobre cada uno de ellos para configurar la opción Deshabilitar.

También es posible ir a cada uno de los programas y buscar en sus ajustes la opción que permite indicar si queremos que se arranque con el inicio de Windows o no.acelerar windows 10.

Windows 10 cuenta también con una opción especial que podemos activar para mejorar la velocidad de arranque del sistema, se trata del Inicio rápido.

Para activar esa opción, tenemos que ir al antiguo Panel de Control y en la opción Hardware y Sonido > Opciones de energía, hacer clic sobre: Elegir comportamiento de los botones de inicio/apagado.

Se nos abrirá una nueva ventana en la que podemos elegir entre los distintos planes de energía, pero además, encontraremos también la sección de Configuración de apagado, que es donde vamos a ver la opción de activar el inicio rápido.

Una vez seleccionada, pulsamos en Guardar cambios y a partir de ese momento estaremos logrando acelerar Windows 10, especialmente en su arranque.

Desactiva efectos visuales de Windows 10

Desactivar los efectos visuales del sistema también puede resultar bastante útil y efectivo. Windows 10 cuenta con efectos visuales en sus ventanas, pestañas y menús que hacen que se consuman más recursos.

En ordenadores potentes esto puede que sea algo casi insignificante, pero si nuestro equipo cuenta con un hardware más justo, nos puede venir muy bien para mejorar el rendimiento de Windows 10 y en general del equipo.

En la página de configuración de Windows 10, escribimos en el buscador ‘Ajustar la apariencia y rendimiento de Windows’. Hacemos clic en el resultado y se nos mostrará una ventana en la que, dentro de la pestaña ‘Efectos visuales’, podremos desactivarlos sin problema.

Podemos elegir la opción ‘Ajustar para obtener el mejor rendimiento’, pero también es posible seleccionar la opción ‘Personalizar’ y desactivar todos los efectos que no nos interesen y de esa forma lograr acelerar Windows 10.

Instalar un SSD o desfragmentar el disco duro

Otro de los componentes hardware que más tienen que ver con el rendimiento del equipo es el disco duro de nuestro ordenador.

Si contamos con un disco duro mecánico y queremos acelerar Windows 10, ha llegado el momento de valorar la posibilidad de sustituirlo por un SSD.

Las velocidades de lectura y escritura de un SSD son sustancialmente superiores a las de un HD, por lo que notaremos inmediatamente una mejora muy importante en el rendimiento de nuestro equipo.

Otra posibilidad es hacer una desfragmentación del disco duro, en el caso de que dispongamos de un HD. Para ello, podemos utilizar el desfragmentador de disco del sistema con simplemente escribir en la caja de búsqueda de la barra de tareas ‘Desfragmentar’ y optimizar unidades.

Esto nos abrirá una ventana con la herramienta y lo único que hemos de hacer es seleccionar la unidad de disco a optimizar y permitir que el desfragmentador realice su trabajo.

Eliminar archivos temporales, liberar espacio en disco y limpiar escritorio

Otra de las prácticas bastante recomendables para acelerar Windows 10 es eliminar todos los archivos temporales, liberar espacio en el disco y limpiar nuestro escritorio.

La utilidad, Liberador de espacio en disco, del sistema operativo de Microsoft nos ayudará con la tarea de borrar los archivos temporales que guardamos en el disco de forma innecesaria.

Si escribimos en la caja de búsqueda de la barra de tareas ‘Liberador de espacio en disco’, podremos abrir la herramienta y seleccionar aquellos archivos que queremos que nos borre del disco de forma automática.

Del mismo modo es recomendable mantener nuestro escritorio lo más limpio posible, puesto que de lo contrario, notaremos que cada vez que arrancamos nuestro equipo al sistema le cuesta cargar toda la información almacenada en el escritorio y todo el proceso se relentizará.

Mantener actualizados los drivers, aplicaciones y el sistema operativo

Es algo a lo que por lo general no damos demasiada importancia pero lo cierto es que tener siempre correctamente actualizados los drivers de nuestro PC, así como las aplicaciones instaladas y el propio sistema operativo nos va a ayudar a mejorar el rendimiento de Windows 10 y acelerar el sistema.

Cualquier problema, incompatiblidad o un driver obsoleto puede hacer que algunos componentes no funcionen correctamente y el rendimiento de nuestro equipo no sea el óptimo. Lo mismo sucede con nuestras aplicaciones. Es muy recomendable tenerlas siempre debidamente actualizadas.


Y, ni que decir tiene, que es muy importante mantener Windows 10 completamente actualizado para conseguir el mejor rendimiento del sistema. Por lo tanto, es conveniente comprobar que tengamos todas las actualizaciones del sistema correctamente instaladas.

Desactivar los servicios innecesarios

Muchos de los servicios que Windows ejecuta de forma predeterminada no son estrictamente necesarios para el funcionamiento del sistema y podremos desactivarlos.

Para conseguirlo solo será necesario abrir la ventana ‘Ejecutar, Win+R’, escribir el comando services.msc y pulsar Enter. En la ventana de servicios debemos buscar aquellos que creemos que no afectan al rendimiento del equipo y desactivarlos, indicando que no se inicien nuevamente con el arranque del sistema.

El asistente Cortana tampoco es imprescindible. Podemos desactivarlo para tratar de acelerar Windows 10.

Vamos a la página de Configuración de Windows 10 y dentro de la opción Cortana > Hablar con Cortana desactivar todas las opciones, aunque si lo preferimos, podemos desactivar Cortana por completo desde el registro del sistema.

Para conseguirlo, abrimos una ventana del registro de Windows, navegamos hasta la ruta HKEY LOCAL MACHINESOFTWAREPoliciesMicrosoftWindowsWcmSvc, y cuando estemos ahí, hacemos clic con el botón derecho del ratón sobre la clave WcmSvc para crear una nueva clave que con el nombre WindowsSeach.

Dentro de ella, creamos un nuevo valor DWORD de 32 bits con el nombre AllowCortana y le asignamos el valor 0.

Ajustar la memoria virtual

Del mismo modo que el disco duro, la memoria es otro de los aspectos importantes para conseguir un buen rendimiento de nuestro PC.

De un lado tenemos lo que es la memoria RAM, pero por otro tenemos la memoria virtual que es la que utiliza el sistema operativo. La buena gestión y ajuste del tamaño de la memoria virtual puede permitirnos acelerar Windows 10 y mejorar el rendimiento de nuestro ordenador.

Es recomendable comprobar que el tamaño de la memoria virtual en nuestro equipo esté establecido entre 1,5 y 3 veces la memoria total de nuestra RAM. Para hacerlo, vamos al Panel de Control > Sistema y seguridad > Sistema y hacemos clic sobre ‘Configuración avanzada del sistema’ que aparece en el lateral izquierdo.


Se nos abrirá una nueva ventana en la que que seleccionaremos la pestaña ‘Opciones avanzadas’ y dentro de la sección ‘Rendimiento’, hacemos clic en el botón ‘Configuración’.

Se nos abrirá una nueva ventana en la que iremos hasta la pestaña ‘Opciones avanzadas’ y ahí encontraremos el tamaño actual de la memoria virtual. Para modificarlo, lo que tenemos que hacer es pulsar sobre el botón ‘Cambiar’ y elegir el tamaño que queramos.

Desinstalar aplicaciones que no utilizamos

Es muy habitual que instalemos en nuestro ordenador algunas aplicaciones que usamos durante algún tiempo y luego dejemos de utilizarlas. Estos programas permanece en nuestro ordenador ocupando un valioso espacio.

En otras ocasiones sucede que algunas de ellas se ejecutan automáticamente en segundo plano. Por ello es muy recomendable desinstalar todas las que no utilicemos y mejorar de esta manera el rendimiento  y la velocidad de Windows 10.


Para eliminar los programas que no utilizamos tenemos que con al ‘Panel de Control’ y desde la opción ‘Programas y características’ vamos seleccionando y desinstalando todos los programas que no utilicemos.

Además, Windows 10 viene por defecto con muchas aplicaciones preinstaladas que seguramente no usemos jamás. Por eso es bueno también que nos deshagamos de todas ellas, así como de aquellas que pueda haber añadido el propio fabricante.


Para desinstalar estas aplicaciones, hemos de abrir la página de configuración de Windows 10 y navegar hasta la opción ‘Aplicaciones > Aplicaciones y características’. Ahí veremos un listado con estas las aplicaciones, que podemos iremos desinstalando haciendo clic sobre ellas y seguidamente pulsar sobre el botón ‘Desinstalar’.

Activar la opción de energía Alto Rendimiento

Windows 10 permite seleccionar diferentes planes de energía para que los usuarios opten por el que mejor les convenga en cada caso. También, permite crear un plan de energía personalizado para que cada uno decida cómo se debe comportar el sistema ante determinadas circunstancias.

Si lo que buscamos es acelerar Windows 10 y sacar el máximo rendimiento al equipo, entonces es recomendable seleccionar el plan de energía de Alto Rendimiento.

Para conseguirlo, abrimos la página de configuración de Windows 10 y navegamos por las opciones ‘Sistema > Inicio/apagado y suspensión’ y a continuación, hacemos clic sobre ‘Configuración adicional de energía’.


Se nos abrirá la ventana de ‘Opciones de energía’ donde comprobaremos si nos aparece el plan ‘Alto rendimiento’. Si es así, lo único que tenemos que hacer es marcarlo y punto. Sin embargo, si no nos aparece tendremos que realizar un pequeño truco para activarlo.

El truco están en abrir una ventana de ‘Windows PowerShell’ con permisos de administrador y una vez que tengamos la línea de comandos delante, escribimos powercfg -duplicatescheme e9a42b02-d5df-448d-aa00-03f14749eb61 y pulsamos Enter para ejecutar el comando.

Una vez ejecutado, podemos volver a la ventana de opciones de energía y comprobar que aparece el plan ‘Alto rendimiento’ entre los planes de energía de Windows para poderlo seleccionar.

Memoria RAM y otros recursos

Una herramienta muy útil de Windows nos permite tener controlado todos y cada uno de los procesos en ejecución. Hablamos del Administrador de tareas, desde donde podemos finalizar aquellos procesos que más recursos están consumiendo para mejorar el rendimiento del equipo.

Es posible usar el ‘Administrador de tareas’ para seleccionar aquellas aplicaciones que se están ejecutando en nuestro equipo y que más recursos, como la memoria RAM, están usando y lo que provoca una mayor lentitud en el equipo.


Abrimos el administrador de tareas, y localizamos aquellos procesos que no necesitamos tener en ejecución en ese momento y los finalizamos para liberar la memoria RAM que estaban consumiendo.

Controlar el consumo energético

El consumo energético influye en gran medida al rendimiento de los componentes de nuestro PC. También influyen otros aspectos como la autonomía de las baterías en equipos portátiles y las temperaturas que soporta los diferentes componentes.

En Windows 10 podemos elegir entre diferentes modos de energía, por lo que encontrar el mejor equilibrio en cada momento puede ayudarnos a mejorar el rendimiento de nuestro equipo y aumentar su velocidad.

Tenemos que tener en cuenta que un plan de energía que trata de reducir el consumo, reduce también el rendimiento, del mismo modo que el plan de alto rendimiento incrementa el consumo y consecuentemente reduce la autonomía de las baterías en portátiles y puede provocar un sobrecalentamiento de componentes, que provocará una bajada del rendimiento.

Es importante buscar un equilibrio en cuanto a consumo y rendimiento con los planes de energía de Windows 10 y aquellos que podemos crear y personalizar a nuestra conveniencia.

Francisco
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