Actualizado a: 10 de abril de 2023
Cuando hablamos de overcloking, es lógico que todo el mundo piense automática en potenciar el rendimiento de su CPU o su GPU mediante una serie de ‘modificaciones’ que nos permiten aumentar su frecuencia, por ejemplo. No obstante, esta práctica no es exclusiva del procesador y/o la tarjeta gráfica, pudiendo extrapolar esa misma dinámica a otros elementos de nuestro ordenador. De esta singularidad hace una pregunta que mucha gente se formula: ¿Es posible y, si es así, cómo puedo hacer overclock a un monitor gaming?
Sin embargo, antes de continuar con este tema es necesario entender qué es el overcloking, para qué sirve o qué consecuencias puede tener, por ejemplo. A grandes rasgos, se define como una técnica mediante la cual podemos aumentar la frecuencia de reloj de un componente electrónico. En el caso de un monitor, lo describimos como el aumento de la frecuencia de actualización del susodicho con respecto a las especificaciones numéricas expresadas por la fabricante.
Por lo tanto, cuando hablamos de cómo hacer overclock en un monitor gaming, qué es o para qué sirve, lo que estamos haciendo es especificar la funcionalidad de aumentar los Hz de una pantalla. ¿Para qué? Pues para aumentar su tasa de refresco. Al hacer esto lo que se consigue es una mayor nitidez y/o mejorar la fluidez a la que ‘proyecta’ y ‘transmite’ imágenes.
En general, esta práctica es especialmente habitual en monitores de 60 u 80 Hz, ya que en aquellos que disponen de una mayor ‘potencia’ no suele ser tan necesario. Del mismo modo, es una técnica cuyo principal objetivo es mejorar la frecuencia del monitor, intentando mejorar y competir contra las de otros de mayor gama. Por supuesto, esto tiene sus pros y sus contras.
Cómo hacer overclock a un monitor gaming: ¿Cuáles son sus principales desventajas?
Como en cualquier otro tipo de modificación que realicemos en un dispositivo, el overcloking tiene sus riesgos. Para empezar, estamos modificando los parámetros de fábrica de la pantalla, lo que produce que se pierdan elementos como la garantía. Aunque no son modificaciones ilegales, en muchos casos son de carácter ‘ilegítimo’, por decirlo de alguna manera. Aunque en ciertas empresas no es un problema, otras muchas pueden ‘lavarse las manos’ si el monitor falla.
Y es posible que este fallo no esté motivado por el overclock, pero da igual. Es como cuando modificamos el hardware de una consola. Aunque el caso del overcloking es infinitamente más complicado que lo detecten si lo deshacemos, siempre queda esa pequeña miga de duda. Es muy difícil que lo hagan, ya que lo haremos mediante programas externos, pero siempre queda ahí. Sobre todo porque lo estamos usando más allá de sus capacidades. Por lo tanto, es un proceso que debéis ejecutar bajo vuestra responsabilidad. Por norma general no habrá inconvenientes en la garantía, pero lo destacamos para que lo tengáis en cuenta.
Sea como fuere, este no es el mayor problema que puede surgir. La mayor desventaja de realizar esta técnica es que, por supuesto, estamos forzando nuestra pantalla a un límite superior del que estaba pensado. Por lo tanto, esto puede hacer que el monitor se sobrecaliente y/o que al funcionar por encima de sus posibilidades, se estropee algún componente. No es habitual, pero puede pasar.
Lo más normal, y esto casi siempre —por no decir en el 100% de los casos— pasa, es que vamos a acortar la vida útil de nuestro ordenador. Al trabajar por encima de sus especificaciones, la pantalla se va a resentir, produciendo que su durabilidad sea inferior a la que habría debido de tener. Estas, pues, son las principales desventajas de hacer overclock en un monitor.
Cómo hacer overclock a un monitor gaming: Métodos
Llegados a este punto, ahora que conocemos las utilidades y desventajas que presenta el overcloking en nuestros monitores, es hora de examinar los diferentes métodos de los que disponemos para hacerlo. A grandes rasgos, se puede hacer mediante software de terceros, destacando —sobre todo— NVIDIA y AMD, aunque no son las únicas. También podemos hacerlo mediante el panel de control de gráficos de Intel, por ejemplo, o mediante una externa llamada comúnmente CRU.
NVIDIA
Esta es una de las más habituales, por no decir que es la más extendida y la que —probablemente— muchos de vosotros acabéis usando. A fin de cuentas, las GPU de esta marca son las más extendidas. Y sí, para poder hacer overcloking en nuestro monitor vamos a necesitar una tarjeta gráfica de NVDIA. Ahora bien, os recomendamos que chequéis las características de la vuestra, puesto que si usáis alguna antigua, es posible que os quedéis ‘cortos’.
Dicho esto, el proceso es bastante simple. Para empezar, tendremos que descargarnos la aplicación del Panel de Control de NVIDIA. La mayoría de las veces se instala junto con la tarjeta, pero en muchos casos esto no es así. Para conseguirla tan solo tenéis que acceder a la tienda de Windows y buscar por «Panel de Control de NVIDIA«. También podemos hacerlo a través de este enlace. Una vez la hayáis instalado tenéis que seguir los siguientes pasos:
- Abrir la aplicación Panel de Control de NVIDIA.
- Expandir el menú de Pantalla. Está a la izquierda, entre Configuración 3D y Vídeo.
- Una vez lo tengamos abierto, seleccionados la opción de Cambiar resolución. Suele ser la primera.
- Escogemos la resolución que deseemos emplear (píxeles horizontales x verticales).
- A continuación, escogemos una frecuencia de actualización. Si aumentamos la frecuencia respecto a la que viene de fábrica, estaremos haciendo overcloking.
- Pulsamos en probar. Aquí pueden pasar dos cosas: 1) Que no ocurra nada, lo que nos indica que la resolución y la frecuencia funcionan. 2) Que la pantalla se ponga en negro.
- Si no sucede nada, podemos seguir probando resoluciones y frecuencias. Si la pantalla se pone de color negro, el propio sistema revertirá nuestra configuración y la cancelará. Así pues, tendremos que probar otra diferente.
AMD
Aunque las tarjetas gráficas de AMD no están tan extendidas como las de NVIDIA, cada vez son más los usuarios que se decantan por una de estas. Por supuesto, además de permitirnos disfrutar de algunos de los mejores videojuegos del mercado, también están equipadas con su propia tecnología para —entre otras cosas— hacer overclock en nuestro monitor. El sistema es muy similar.
Para empezar, tendremos que instalar el programa AMD Radeon Adrenalin. Si no lo tenemos instalado, podemos encontrarlo en la tienda de Windows o en la web oficial de AMD. Os dejamos el enlace por aquí por si tenéis dudas. Una vez tengamos instalado el programa, los pasos a seguir son:
- Abrimos AMD Radeon Adrenalin. También podemos hacer clic derecho en el escritorio y buscar la opción de Configuración de AMD Radeon.
- Una vez dentro, buscamos la pestaña de Pantalla.
- En Pantalla pulsamos en el botón crear.
- Escogemos Resoluciones personalizadas.
- Introducimos la resolución que queremos probar junto con la frecuencia de actualización que deseamos.
- Aquí pueden pasar dos cosas: que funcione o que la pantalla se ponga de color negro. Si no sucede nada es que podemos usar esa configuración. En caso contrario, el ordenador revertirá la configuración de manera automática.
Intel HD Graphics
Esta es una opción que pueden utilizar aquellos usuarios que no tengan una tarjeta gráfica de AMD u NVIDIA y estén utilizando, por ejemplo, un sistema de gráficos integrados Intel HD Graphics. Aquí estaremos bastante más limitados, pero siempre es una buena manera de salir del paso. El sistema para hacerlo es muy simple:
- Buscamos Panel de Control de Gráficos Intel HD en el buscador de Windows. Si no lo tenemos, debemos instalarlo.
- Abrimos el programa.
- Seleccionamos Mostrar.
- Buscamos Resoluciones personalizadas.
- Escogemos una resolución y una frecuencia superiores. Probamos.
- Si no cambia nada, es que lo hemos hecho. Si se queda la pantalla en negra (volverá a su estado anterior de forma automática) es que nos hemos pasado y tenemos que probar otra resolución/frecuencia.
CRU
El otro modo que tenemos es usar CRU, aunque este es algo más complicado. Lo primero que debemos hacer es descargar el programa a través de Monitortest, sitio web desarrollado por ToastyX. Es un fabricante tercero por lo que, aunque en principio es seguro y muchos lo han usado, siempre tiene su ‘riesgo’. Si no estáis seguros, es mejor que no lo hagáis.
Una vez hayáis obtenido el archivo en formato .zip y lo hayáis descomprimido, obtendrás una carpeta con cuatro ejecutables diferentes. Habrá que usar CRU.exe, siendo este el que nos permite usar el ejecutable. Los otros son para restablecer la app, reiniciar apps y reiniciar todo.
Cuando hayamos instalado CRU, habrá que pulsar en el botón Add en tal y como muestra CrymiCK en el vídeo que os hemos dejado. Y sí, en este caso hemos preferido compartir con vosotros un tutorial visual para que lo tengáis más fácil. Dicho esto, volvemos al tema. Habrá que buscar, una vez estemos agregando una nueva configuración, la frecuencia de actualización, siendo esta la que aumentaremos respecto al original para producir overclocking.
Cuando hayamos hecho esto, clicamos en aceptar y volvemos a la carpeta de antes, buscando la opción de reset64. Esto reiniciará la pantalla, la cual empezará a parpadear hasta apagarse. Luego se iniciará y, si es capaz de soportar la nueva frecuencia, todo irá con normalidad.