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Mejores tarjetas de red y WiFi internas

Actualizado a: 14 de marzo de 2023

Las tarjetas de red son invisibles para muchos de los usuarios que adquieren equipos completos, ya que están presentes en ellos de serie, funcionan y no suponen un problema. Pero cuando nos toca sustituirla por fallo o tenemos que adquirir alguna con cierta cualidad concreta cuando tenemos algunas necesidades específicas, entonces es cuando esta guía para elegir una buena tarjeta de red se vuelve necesaria.

A pesar de que resultan transparentes en muchos casos, las tarjetas de red son muy importantes para la informática actual, ya que es el componente que actúa como una interfaz de red, es decir, es el hardware que posibilita la conexión del equipo con una red y compartir recursos, ya sea a una LAN o WAN de diversos tipos.

¿Cómo elegir una buena tarjeta de red?

La mayoría de usuarios suelen prestar atención solo a la marca, adquiriendo marcas de las más sonadas como Intel, D-Link, etc. Pero es un error, y deberíamos fijarnos en más detalles a la hora de adquirir una buena tarjeta de red. Al fin y al cabo, será el nexo de unión entre nuestro equipo y el resto de la red, especialmente importante si trabajamos de forma intensiva desde Internet o jugamos en modo multijugador.

Interfaz de la tarjeta de red

En esta guía vamos a centrarnos en las tarjetas de red internas, pero no me gustaría pasar por alto los tipos de interfaces que existen para las tarjetas de red:

  • Integrada: suelen ser las que se usan en dispositivos móviles como los tablets o smartphones, ya que se integran dentro del propio SoC del dispositivo. También suelen venir en muchos portátiles y placas base para sobremesas, integradas en el chipset. En algunos casos, también pueden implementarse como un CI soldado a la propia placa base, pero de forma independiente a otros elementos. Al estar integradas, suelen estar algo más limitadas en algunos aspectos.
  • Interna: se refiere a tarjetas que se alojan en el interior del equipo, por lo general para ser insertadas en un slot de expansión como el PCI o PCIe. Como he dicho, estas serán nuestro objetivo en esta guía.
  • Externa: Normalmente conocidos como los adaptadores WiFi, van alojadas fuera del equipo, conectadas a un puerto de conexión, como puede ser un USB, Firewire, Thunderbolt, etc. Por lo general suelen ser similares en prestaciones a las internas, pero quizás tienen la comodidad de no tener que abrir el equipo para instalarlas (especialmente interesante si no tienes conocimientos técnicos).

Las integradas pueden estar bien para la mayoría de usuarios (o para los usuarios de portátiles), pero yo te recomendaría elegir una interna (si se trata de un sobremesa) o externa tanto para sobremesas como para portátiles. La desventaja de la externa es que ocupa un puerto que podrías destinar a otro dispositivo y que además suelen ocupar espacio.

Velocidad

Ten en cuenta que el tipo de conexión de la tarjeta de red que hemos descrito en el apartado anterior afectará a la tasa de transferencia, y puede ocurrir que si la conexión es lenta, se transformaría en un factor limitante para la red. Dicho de otro modo, por muy rápida que sea la tarjeta, si el puerto o ranura no acompaña, se transformará en un cuello de botella. Por eso, elije siempre los slots o puertos más rápidos para ella, merecerá la pena.

Las velocidades de trabajo de una tarjeta de red a los que me refiero suelen ir desde los 10Mbit/s, 100Mbit/s y 1000Mbit/s (1 Gbit/s), aunque las hay aún más rápidas pero se suelen destinar para otros usos que no son precisamente equipos domésticos. Por lo general, todas las tarjetas que te vas a encontrar en el mercado aceptan estas velocidades de red, por lo que es algo en lo que no te debes preocupar demasiado.

Vas a toparte seguro con algunas tarjetas de red con velocidades superiores a estas, como las tarjetas con 10Gbit/s, pero sus precios también se disparan con respecto a las anteriores. Por tanto, debes determinar si merece la pena en tu caso dicho desembolso para lo que la quieres destinar. Los precios de éstas van desde los 100€ hasta los 200, 300 e incluso 1000€ o más.

Además de la velocidad y el tipo de conexión, también hay un factor que puede alterar el rendimiento de una tarjeta de red. Me refiero a la cantidad de colas de transmisión y recepción que acepta. Si puede trabajar con varias en paralelo, mucho mejor, distribuyendo la carga entre varias CPUs o núcleos para mejorar el desempeño.

También existen tarjetas que evitan la carga de trabajo para la CPU, trabajando de una forma más independiente, es decir, algo parecido a lo que ocurre con DMA, que no necesita de la intervención de la CPU para los acceso a memoria que se hacen desde un dispositivo conectado al sistema E/S. Todo esto son pequeños detalles que deberías atender si quieres un rendimiento óptimo.

Tipo de red y puertos

Una vez sabido lo anterior, nos deberíamos ocupar de si realmente queremos una tarjeta para una conexión por cable o una conexión wireless, ya que en tal caso podremos optar por dos tipos de tarjeta de red diferentes. En el caso de que sea una tarjeta de red para conexión por cable, añadiría que es importante el tipo de puerto que ésta tenga y la cantidad de ellos.

El tipo te encontrarás que la inmensa mayoría de tarjetas usan un puerto RJ-45, pero puede que en algún caso raro o específico estemos buscando otro tipo de conexión, aunque siempre cabe la posibilidad de encontrar algún adaptador. El número de puertos disponibles suele ser uno en muchas tarjetas, algunas tienen 2 o más, para conectar dos puntos si fuese necesario.

Por el contrario, en el caso de una tarjeta wireless, no existen estos puertos, pero sí unas  antenas para las transmisiones sin cableado. Lo interesante en estos casos es conocer la cobertura o calidad de la señal a ciertas distancias para no tener problemas si queremos transmitir a un punto algo más alejado, especialmente si tenemos paredes anchas.

Tanto si optamos por una tarjeta cableada o wireless, me gustaría detenerme y hacer hincapié en otro factor que considero importante y que normalmente en la mayoría de guías pasan por alto. Hablo de la compatibilidad o soporte de los sistemas operativos. Los drivers o controladores deberían ser compatibles al menos con Windows, MacOS y Linux para no tener problemas en la mayoría de los casos, especialmente cuando trabajamos con redes heterogéneas.

Cabe agregar también la importancia de implementar soporte para otro tipo de tecnologías, como WOL (Wake On LAN), es decir, reinicio de forma remota desde otro punto, sin tener acceso físico al equipo donde tienes instalado la tarjeta. Por lo general, para los usuarios domésticos esto carece de importancia, pero no tanto para los sysadmins de ciertos equipos o servidores.

Aunque, puede haber algunos casos en los que te puede resultar buena esta característica, y es en el caso de que uses algún dispositivo de almacenamiento de tu hogar como un NAS cuando te vas fuera o que tengas montado algún tipo de servicio para conectarte como un cliente de forma remota, etc., es decir, cuando necesitas gestión remota.

Nuestra selección de las mejores tarjetas de red

Yo creo que con lo dicho hasta el momento, ahora debes tener mucho más claro cómo elegir una buena tarjeta de red, pero para facilitarte la elección, hemos hecho nuestra particular selección de algunas de las mejores tarjetas de red que puedes adquirir, tanto Ethernet como Wireless.

Tarjetas de red internas Ethernet

ASUS XG-C100C (gama alta)

ASUS XG-C100C
  • Interfaz: PCI Express
  • Estándares soportados: IEEE 802.3an, 802.3u, 802.3ab, 802.3az
  • Velocidades: 10/100Mbit/s y 1/2.5/5/10Gbit/s
  • Puerto: RJ-45
  • Compatibilidad: Windows, Linux

TP-Link TG-3468 (gama media)

TP-Link TG-3468
  • Interfaz: PCI Express
  • Estándares soportados: IEEE 802.3, 802.3u, 802.3ab, 802.3x
  • Velocidades: 10/100/1000Mbit/s (Gigabit LAN)
  • Puerto: RJ-45
  • Compatibilidad: DOS, Windows, Linux, Novell Netware

Edimax EN-9235tx-32 (gama baja)

Edimax EN-9235TX-32
  • Interfaz: PCI
  • Estándares soportados: IEEE 802.3, 802.3u, 802.3ab, 802.3x
  • Velocidades: 10/100/1000Mbit/s
  • Puerto: RJ-45
  • Compatibilidad: Windows, Linux y MacOS

Tarjetas de red internas WiFi

TP-LINK TL-WN881ND (gama baja)

Adaptador TP-Link 300
  • Interfaz: PCI-e
  • Estándares soportados: IEEE 802.11n, 802.11g, 802.11b
  • Velocidades: hasta 300Mbit/s
  • Compatibilidad: Windows
  • Frecuencia: 2.4Ghz y 5Ghz
  • Seguridad: WEP, WPA, WPA2

ASUS PCE-AC51 PCI-e AC750 (gama media)

ASUS PCE-AC51
  • Interfaz: PCI-e
  • Estándares soportados: IEEE 802.11n, 802.11g, 802.11b, 802.11ac
  • Velocidades: 300+433Mbit/s
  • Compatibilidad: Windows y Linux
  • Frecuencia: 2.4Ghz y 5Ghz
  • Seguridad: WEP, WPA, WPA2

ASUS PCE-AC68 PCI-e AC1900 (gama alta)

ASUS PCE-AC68
  • Interfaz: PCI-e
  • Estándares soportados: IEEE 802.11a, 802.11n, 802.11g, 802.11b, 802.11ac
  • Velocidades: 450, 1300Mbit/s
  • Compatibilidad: Windows
  • Frecuencia: 2.4Ghz y 5Ghz
  • Seguridad: WEP, WPA, WPA2

ASUS PCE-AC88 PCI-e AC3100 (gama alta/entusiasta)

ASUS PCE-AC88
  • Interfaz: PCI-e
  • Estándares soportados: IEEE 802.11a, 802.11n, 802.11g, 802.11b, 802.11ac
  • Velocidades: 1000Mbit/s y 2100Mbit/s
  • Compatibilidad: Windows
  • Frecuencia: 2.4Ghz y 5Ghz
  • Seguridad: WEP, WPA, WPA2

A tener en cuenta: diferentes protocolos

Ethernet

En el caso de las tarjetas de red por cable, por lo general son compatibles con diferentes estándares que influirán tanto en la velocidad aceptada, el tipo de cable, topología y distancia máxima a la que podemos extender el cable. Estos estándares están recogidos bajo diversos estándar de la IEEE 802.3 (Ethernet):

  • 802.3a: implantado en 1985, usa tecnología 10Base2, con velocidad 10Mbit/s, cable tipo coaxial y una distancia máxima de 185m. La topología es tipo bus (Conector T).
  • 802.3i: presentado en 1990, usa tecnología 10BaseT a una velocidad igual al anterior, pero con par trenzado en vez de cable coaxial (UTP) y con un segmento de longitud máxima de 150m.
  • 802.3j: tres años más tarde llegó este estándar, con tecnología 10BaseF de igual velocidad pero con hasta 1000m de longitud y sobre fibra óptica.
  • 802.3u: en el año 1995 apareció un nuevo estándar dando el salto a los 100Mbit/s y aceptando varias tecnologías Fast Ethernet como las 100BaseT4, 100BaseTX y 100BaseFX, con longitudes de 100, 100 y 2000m respectivamente. En este caso se soporta topología de estrella, Half Duplex (hub) y Full Duplex (switch)
  • 802.3ab: llegó en 1999 tras una serie de mejoras y ahora alcanzando el 1Gbit/s. En este caso, acepta tecnología 1000BaseT de par trenzado no blindado. La longitud máxima es de 100m y posibilita topología en estrella, Full Duplex.

A parte de estos estándares, existen otros más, como el 802.3an de 2006 para traernos la velocidad de 10Gbit/s y otras tecnologías como la 10GBaset-T. También existen más tecnologías de las citadas anteriormente, como 1000BaseSX, 1000BaseLX, 1000BaseEX, 1000BaseZX, 1000BaseCX, etc.

Como puedes comprobar, los estándares son algo más complicados de descifrar, pero las tecnologías suelen estar compuestas por la velocidad en Mbit/s o Gbit/s en primer lugar, seguidos de BASE y luego la letra o letras que designan una característica. Por ejemplo, 10GBase-SR significa que tiene velocidad 10Gbit/s de corto alcance (SR o Short Range). En cambio, 10BaseT quiere decir que tiene una velocidad de 10Mbit/s y emplea par trenzado (T).

Wireless

Aunque wireless se refiere a la tecnología transmisión sin cables, ciertamente lo que nos interesa aquí es concretamente WiFi. En el caso ocurre algo similar a los estándares anteriores, solo que están bajo la designación IEEE 802.11 (WiFi). Los utilizados comercialmente son:

  • 802.11a:  aprobada en 1999, reúne el juego de protocolos original del estándar, operando con  una banda de 5Ghz. La velocidad máxima es de 54Mbit/s, aunque realmente las velocidades suelen rondar los 20Mbit/s en la práctica.
  • 802.11b: en este caso, también ratificado en el 1999. Con una banda de 2,4Ghz, una banda de frecuencias bastante extendida y utilizada. La velocidad máxima de transmisión de 11Mbit/s, aunque en la práctica sea de unos 5.9Mbit/s.
  • 802.11g: se trata de una evolución del anterior, usando la misma banda de frecuencias pero con una velocidad máxima teórica de 54Mbit/s como el caso del 802.11a. Como suele ocurrir, el promedio en la práctica o velocidad real suele disminuir hasta los 22Mbit/s. Además, existe una variante llamada 802.11g+ que pude alcanzar hasta los 108Mbit/s.
  • 802.11n: apareció en 2004 como una nueva revisión del estándar. La velocidad real en este caso llega hasta los 600 Mbit/s, por lo que supone un importante salto de rendimiento con respecto a los anteriores. Además, puede trabajar tanto en 2,4Ghz como en 5Ghz, por lo que es compatible con todos los dispositivos de ediciones anteriores.
  • 802.11ac: es el estándar que solemos encontrar en los dispositivos electrónicos más modernos y el que opera con la banda de 5Ghz. Este estándar soporta velocidades de hasta 3,46Gbps lo que permite unas velocidades de transferencia muy superiores al wifi N.
protocolos wifi

Al igual que ocurría con el 802.3, existen muchos estándares, pero solo he querido describir los más importantes con los que nos toparemos de forma más frecuente para no alagar demasiado la guía. Por lo general, las tarjetas de red suelen soportar varios de estos estándares, y no solo uno exclusivo.

Antes de pasar al siguiente punto, me gustaría matizar el tema de las bandas que he citado, por si te estás preguntando qué banda elegir. Como digo, las actuales tarjetas de red y routers suelen ser dual, y trabajan con ambos. Pero si quieres conocer de cerca la diferencia, decir que afectan principalmente a la velocidad máxima que pueden alcanzar y el alcance de la señal de la red.

Un dispositivo que trabaja en 2.4Ghz puede tener 14 canales no superpuestos, mientras que 5Ghz trabaja con hasta 25 canales no superpuestos. Por otro lado, la banda de 2.4 suele tener más interferencias, por lo que la calidad d ella señal es peor, mientras que 5 tiene menos interferencias. Igual ocurre con la velocidad máxima, siendo mayor en 5 Ghz.

El rango o alcance de la red en cambio es diferente, ya que en redes de 2.4 tenemos un mayor rango, mientras que en 5 será menor. Esto se debe a algo que explico justo en el siguiente apartado de la absorción de las señales por los obstáculos.

Resumiendo, 5Ghz para cualquier caso, ya que es mejor en casi todo. Solo te merece la pena 2.4Ghz en el caso de que tengas dispositivos más antiguos incompatibles con 5Ghz o en el caso de que quieras llegar a un alcance mayor…

¿Qué es mejor: CABLE o WIRELESS?

Hay un eterno debate sobre qué es mejor o más rápido, si una conexión por cable o por wireless. La respuesta es bien sencilla, a pesar de que wireless es algo más moderno, lo más rápido es por cable. No obstante, hay factores que puede influir en esto.

Por ejemplo, cuando hablamos de wireless, las estructuras de hormigón, piscinas y otros materiales de construcción afectarán negativamente a la seña y harán que se den pérdidas con la consiguiente pérdida de rendimiento. Algo que no ocurre con el cableado, solo afectado por cosas como la longitud como dije anteriormente.

Ten en cuenta también que cuanta más alta sea la frecuencia de la señal wireless mayor será la tasa de absorción de muros y suelos. Esa absorción hace que a pesar de las máximas velocidades teóricas que tenemos en las conexiones wireless, como las de 6,5Gbps, en muchos casos los obstáculos hagan que no se pueda llegar a dichos máximos. En cambio, un cable siempre va a estar trabajando a su máxima capacidad.

Nota: si el cable empleado en la red no va a atravesar paredes o estructuras de construcción y lo puedes comprar ya hecho y certificado, mejor para evitar pérdidas de velocidad por           problemas en los contactos del cable.

Si te preocupa la seguridad, es otro factor que pone como ganador al cableado, ya que el wireless, al ser una red no física que se propaga por el aire, es vulnerable a algunos ataques. Pero bueno, si no se puede usar cableado en todos los casos, nos veremos obligados a usar tecnología wireless.

Deberías conocer que existen diversas formas de protección para dispositivos inalámbricos, siendo las más comunes WEP, WPA, y WPA2.

  1. WEP: son las siglas de Wired Equivalent Privacy, es decir, un sistema de cifrado incluído en el estándar IEEE 802.11 como protocolo para redes wireless que cifra la información que se transmite usando el algoritmo RC4. Eso no garantiza la seguridad, de hecho se han  descubierto debilidades que pueden llevar a vulnerar esta protección.
  2. WPA: son las siglas de Wi-Fi Protected Access, un sistema de protección que pretende corregir las debilidades de WEP. Se implementó a partir del 802.11i, y en este caso se usa la    autenticación de usuarios mediante el uso de un servidor donde se almacenan las credenciales y contraseñas de los usuarios admitidos en la red. No obstante, para no obligar al uso de dicho servidor a la hora de desplegar redes, se permite autenticación mediante una clave precompartida. Eso lo hace algo más seguro, pero desgraciadamente no es invulnerable.
  3. WPA2: es una evolución del anterior, corrigiendo algunas de las debilidades encontradas. La tarjeta de red que adquieras al menos debería soportar WPA2, aunque la inmensa mayoría de tarjetas actuales la soportan.

Además de estos sistemas, existen otras medidas de seguridad. De hecho, ya está disponbie el certificado WPA3 en algunos dispositivos, aunque no muy extendido aún, con un cifrado de 128 bits en modo Personal y de 192 bits en modo Enterprise para una mayor seguridad.

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Redacción

  • yo mismo dice:

    ¿hay alguna que tenga antena y conector cable de red?

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